Qué hacer cuando tu hijo te dice que le duele el estómago

Es temprano por la mañana de un día de escuela. El desayuno está servido y ves a tu hijo acercarse a la mesa con la cabeza baja: “Mamá, me duele mucho la barriga”.


Lo primero que puedes pensar es que tu hijo simplemente no quiere ir al colegio (¡quien esté libre de pecado…!) Pero hasta que no confirmes que es así, es necesario que tomes muy en serio esto cada vez que tu hijo te lo diga.

Existen algunas causas del dolor de estómago que puedes descartar rápidamente. Solo tienes que observar, hacerle las preguntas correctas y darte todo el tiempo del mundo para averiguar qué le pasa a tu hijo, no importa si estás tarde para el trabajo o si la movilidad ya está a punto de llegar.

Algunas de las cosas que debes descartar son las siguientes:

Fiebre


Una de las razones que pueden hacer que a tu hijo le duela el estómago es que haya contraído alguna infección. Si es así, lo más probable es que haga sus deposiciones líquidas o que tenga fiebre. Las infecciones suelen ocurrir por la manipulación de cosas sucias y llevarse esas manos infectadas a la boca, generando desde diarreas hasta infestación de gusanos intestinales. También puede suceder al comer alimentos descompuestos.

Otra causa son las enfermedades virales, muy comunes en épocas de cambio de estación.

Color de su rostro


Si vez que tu hijo tiene el rostro pálido, lo más probable es que el dolor que siente sea muy real. A esto se le suman cosas como decaimiento, falta de apetito y cualquier señal de sufrimiento.

Náuseas


Otro síntoma de que algo está mal son las arcadas o náuseas. Estas suceden porque el cuerpo busca eliminar aquello que detecta como dañino o peligroso. Si tu hijo tiene náuseas, lo mejor es que elimine todo. 

Explícale que, por más desagradable que sea, vomitar será un alivio. Acompáñalo al baño y tranquilízalo si empieza a evacuar.





Aquí viene lo difícil para toda mamá. Luego de que tu hijo haya evacuado, trata de reconocer entre los restos de comida aquello que pueda haberle caído mal. Esto es muy importante, pues te alertará sobre aquel tipo de comida que no le hace bien, ayudándote a evitarla.

Escalofríos


Si vez que tu hijo muestra estos temblores de manera esporádica e intensa, lo más probable es que tenga una fuerte indigestión. Probablemente alguna comida en casa de la abuelita no le haya caído bien…

Preguntas clave


Para resolver el problema de tu pequeño lo peor que puedes hacer es regañarlo por engreído o decirle que no se preocupe, que “ya va a pasar”. Lo mejor es repasar con él lo que hizo, comió y sintió las últimas 24 horas.

Algunas de las preguntas que le podrías hacer son las siguientes:

  • A ver, recordemos juntos: ¿ayer que comiste en la mañana/por la tarde/ a la hora de la cena?
  • ¿Comiste algo más aparte de tu lonchera?
  • ¿Has estado jugando en el jardín?
  • ¿Cogiste algo del suelo en la calle?
  • ¿Alguno de tus amigos en clase o en el barrio está enfermo?
  • ¿Cuándo fue la última vez que fuiste al baño? ¿Cómo hiciste?


Qué hacer si mi hijo está enfermo de la barriga


Eso dependerá de qué es lo que causa ese dolor. Lo primero que debes hacer es suspender todo tipo de alimentos, a excepción de agua, una infusión y galletas, más la dieta que posteriormente te indique el médico especialista. Mientras tanto, nada de colegio.

El miedo es algo difícil de digerir


Si luego de todo esto descubres que tu hijo no tenía nada, antes de pensar en darle un sermón piensa en la posibilidad de que lo que realmente no quiere es ir al colegio. Conversa con él y descubre las posibles razones para ello. De ser necesario, acude a hablar con su maestra.

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